El tejido óseo no es inerte, está en permanente recambio. Sus células, los osteoclastos, los osteoblastos y los osteocitos, se encargan de reabsorberlo y formarlo en las áreas más desgastadas, para conservar el esqueleto siempre en un estado de sostén adecuado.
Cuando este proceso se altera y se pierde más hueso del que se forma, sobreviene la osteoporosis, que es una enfermedad que disminuye la cantidad y calidad de hueso, aumentado el riesgo de fractura.
La máxima cantidad de hueso al que llega un individuo es lo que se denomina “pico de masa ósea”. Eventos ocurridos durante la vida intrauterina, durante el crecimiento y la vida adulta, pueden afectarlo no permitiendo que alcance su pico, de acuerdo a la predeterminación genética.
Varios estudios sugieren que un individuo que alcance la mayor densidad ósea a la edad de 30 años, va a conservar más hueso en edades más tardías de la vida.
La progresiva pérdida de masa ósea es indolora, por ello es llamada la “epidemia silenciosa” y el primer síntoma es la fractura.
La incidencia de la osteoporosis es más frecuente en las mujeres que en los hombres, ya que los huesos femeninos son más pequeños y están expuestos a cambios hormonales más bruscos, como los que ocurren durante la menopausia.
Factores de riesgo:
Algunos de ellos son no modificables, como la herencia y la raza. Las hijas de madres con osteoporosis, tienen más incidencia de la enfermedad.
¿Cómo prevenirla?
La osteoporosis se puede prevenir llevando una vida sana, con alimentación balanceada y ejercicio, ya que la actividad física estimula la formación del hueso. También se deben realizar chequeos médicos periódicos para obtener un diagnóstico precoz de la enfermedad.
Es muy importante tomar conciencia de la importancia del consumo de lácteos desde la infancia, bajo cualquiera de sus formas, ya que aportan calcio y proteínas. La industria láctea ofrece gran variedad de productos con bajo contenido en grasas y lactosa, para una mejor tolerancia.
Los hombres de más de 70 años deben hacerse una densitometría ósea. Lo mismo los hombres más jóvenes con cualquiera de los factores mencionados anteriormente, o con déficit de testosterona, la hormona sexual masculina.
La fractura osteoporótica afecta la movilidad, agrava enfermedades mentales como la demencia senil y la depresión.
La fractura de cadera aumenta el riesgo de muerte en un 6 al 37%, según el estado de salud previo del paciente. El 20% de las muertes ocurren durante los primeros 3 meses de ocurrida la fractura.
El riesgo de fractura en las mujeres es cuatro veces superior al de los hombres.
Durante la vejez, sumar al calcio la vitamina D (para su absorción) disminuye el riesgo de fractura de cadera.
Por último, hay que tener en cuenta que el 90% de las fracturas ocurren por caídas. Por lo tanto, tener una casa segura constituye uno de los factores preventivos más poderosos: cables correctamente instalados contra los zócalos, alfombras en buen estado para evitar tropezones, etc.Además, se debe realizar un control periódico de la graduación de los anteojos y chequeo clínico para evitar abusos de medicación somnífera o hipotensores que pueden provocar mareos y caídas nocturnas. En este sentido, el uso de calzado antideslizante los días de lluvia, es otra importante medida de prevención.